viernes, 8 de mayo de 2009

Quiza lo merecemos


Que tenga carro, si no, no. Con que esté buena, aunque esté pendeja. El peatón vale cinco puntos, el ciclista atropellado, diez. ¿Y tienes palancas? No. Uy, ya te chingaste. ¡Doctor por favor atiéndame, ya se me rompió la fuente! No señora, en este hospital no puede parir si no está asegurada. ¿Ya fuiste a París? Sí. ¿Y a Oaxaca? ¡Ay no! No me gusta ver gente pobre.

Sí, quizá nos lo merecemos. Que el mundo nos aísle. A todos. A toda la sociedad mexicana. No por una gripa contagiosa, sino por los desvalores que transmitimos. Somos un país que prefiere gastar en armas que en educación. Los científicos, los productores de conocimiento, son expulsados con descaro: ni espacios ni presupuesto para desarrollar ideas. A éstos se les aprovecha en todos lados, menos en México. No importa que la gente sea muy buena en lo que hace, se le bloquea, se le mete el pie. Ese es el contrato social.

Somos una sociedad capaz de producir gente que corta orejas, dedos y cabezas humanas. Generamos personas que están en la política para hacerse millonarios, no para servir al país. Todos somos responsables. Los que no tienen odian a los que sí, los que tienen desprecian a los que no. Nadie está satisfecho. Tienen que llegar terremotos o fenómenos naturales desastrosos para unirnos. Pero pasada la crisis, a chingar a su madre todos los demás, decimos.

En general estamos contentos con medios de comunicación que reproducen estereotipos inexistentes. Algunos de nuestros adolescentes son “Rebeldes”, los demás quieren serlo. En el mundo hay por lo menos 442 deportes, de ellos, en México 441 están secuestrados por la televisión.

Cuando el mexicano sale al extranjero enaltece la riqueza histórica y cultural de los aztecas, mayas y hasta totonacas, y estando en el país los indígenas son unos nacos, unos naquitos en el mejor de los casos. Lo importado es exquisito, es lo máximo, lo mexicano es para paladares vulgares, barriobajeros.

No lo sé, quizá nos lo merecemos. Yo amo lo positivo del entorno donde nací y me formé, que también es mucho, pero cualquier sociedad que soporta hospitales donde la embarazada –derramando líquido amniótico– es rechazada por no tener seguro médico, es una sociedad inhumana, funesta.

Somos un país donde lo único que vale es el dinero, nada más. Y no importa cómo lo hayas hecho, si lo robaste o lo trabajaste, da igual, me caes bien si me invitas unas chelas. Si tienes una cuenta bancaria con muchos ceros a la derecha no vas a la cárcel aunque seas un asesino. Y si, por el contrario, los ceros están a la izquierda, te encierran años por un Gansito y un Boing que te llevaste sin pagar para engañar a las células que piden proteínas. Producimos riqueza suficiente para los 109 millones de mexicanos, pero sólo el 6 por ciento la acumula, un 44 por ciento es esclavizado de por vida y el 50 por ciento restante, que se joda.

Estoy de acuerdo. Que el mundo nos aísle para que no los contagiemos. Y que nos descubra otra vez dentro de varios decenios. Ojalá que para entonces seamos una mejor sociedad. Quizá lo merecemos…

Por: Válek Rendón

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